La llamada ola verde resultó, en buena medida, espuma, y su candidato, el profesor Mockus, demostró una curiosa capacidad para espantar seguidores con sus planteamientos en cada aparición pública. Todo indica que el 20 de junio se ratificarán los resultados de la primera vuelta. Sobre las firmas encuestadoras quedaron grandes interrogantes y hacia el futuro será muy difícil volver a creer en la seriedad de la que se ufanan.
En el colmo del cinismo Santos pregona que no cesará en la defensa de las políticas de derechos humanos y que hará un “ejercicio moral del poder”. Promesa que más parece una humorada de mal gusto dadas sus ejecutorias, citadas aquí apenas por encima.
En la presente contienda, por primera vez, Mockus representa a un partido político. Cuando él, Peñalosa y Garzón se juntaron lo hicieron porque estaban identificados pues la política que habían desarrollado desde la alcaldía de Bogotá durante 13 años había sido una sola: la entrega de la ciudad al capital monopolista.