La batalla de Julián Assange contra el imperialismo norteamericano en defensa de la democracia

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Ha transcurrido casi una década desde que Julián Assange lucha por evitar su extradición hacia los Estados Unidos.

Las autoridades estadounidenses acusan a Assange de 18 cargos, 17 de ellos relacionados con espionaje y uno con piratería informática, tras la divulgación de 500.000 archivos secretos de Estados Unidos, con lo que, según el gobierno estadounidense, Assange puso vidas en peligro.

WikiLeaks es un portal creado por Assange que ha puesto en serios aprietos a gobiernos, empresas e individuos de varios países, dado que se publican documentos confidenciales lo cual se ha constituido en “una de las mayores filtraciones de información clasificada en la historia de los Estados Unidos”. “Cuánto más secreta o injusta es una organización, más miedo y paranoia inducen las filtraciones en su liderazgo”, esto manifestó Assange en 2006, cuando creó su portal WikiLeaks. (BBC News Mundo, 2019).

La historia comienza en julio del 2010. Julián Assange se da a conocer en el mundo luego de divulgar en su portal 90.000 documentos militares en los que puso en evidencia al ejército de los Estados Unidos. Se trata de papeles secretos que dan cuenta de las estrategias militares de la guerra de Afganistán y el número de bajas civiles que esta ocasionó. La publicación desenmascara los crímenes, brutalidades y toda una carnicería cometida por los yanquis.

En octubre de 2010, WikiLeaks publicó cerca de 391.000 documentos sobre la guerra de Irak, que testimonian latigazos, quemaduras y palizas a los prisioneros, así como la muerte de más de 70.000 habitantes, hechos que involucran al Pentágono y a la CIA. El video de los helicópteros disparando a civiles iraquíes, entre los que se encontraban dos colaboradores de la agencia de noticias Reuters, fue una de las filtraciones que generó mayor repercusión.

Durante el mes de agosto de 2011, pese a los intentos de Obama para evitarlo, el portal dio a conocer más de 251.000 informes del espionaje estadounidense a políticos extranjeros y altos funcionarios de Naciones Unidas.

Las valerosas denuncias de Assange le ocasionaron una implacable persecución.Está recluido en una prisión de alta seguridad en Belmarsh, cerca de Londres, desde el 11 de abril de 2019, al ser detenido por sorpresa dentro de la legación ecuatoriana luego de que el entonces presidente Lenin Moreno le retirara el asilo concedido por su predecesor Rafael Correa. Un largo periodo en el que estuvo recluido en la embajada de Ecuador, lo cual le deterioró su salud mental.

Este valiente australiano, permitió que el mundo pudiese ver imágenes de torturas y asesinatos deliberados de civiles por parte de soldados norteamericanos, dejando al descubierto las atrocidades del imperialismo norteamericano que invadió a estos pueblos por encima del querer mundial.

En palabras judiciales, a Assange se le acusa de violar la Ley de espionaje del país norteamericano, un delito considerado gravísimo, por el cual los Estados Unidos buscan que se le extradite para juzgarlo por espionaje y traición e incluso condenarlo a muerte.

En diciembre de 2021, la justicia inglesa se supeditó a la exigencia de Estados Unidos con el argumento falaz de que los gringos han ofrecido garantías para que reciba un trato adecuado que proteja su salud mental. WikiLeaks, ha señalado que Estados Unidos quiere juzgar al periodista por “publicar información verídica que revela los crímenes cometidos por el gobierno estadounidense en el campo de detención de Guantánamo, Irak y Afganistán, y los detalles de las torturas de la CIA”. (DW, 2021).

Esta larga batalla que libra el programador australiano por su libertad, se ha convertido en un símbolo en la defensa de la libertad de prensa y expresión. Al develar las sistemáticas torturas, el espionaje y el asesinato de cientos de miles de afganos e iraquíes, (crímenes que sí deberían ser condenados), le han permitido al mundo conocer, aún más, la real naturaleza del imperialismo y sus crímenes de guerra.

Los Estados Unidos que se exhiben como los grandes adalides de los derechos humanos, de la democracia y de la libertad, se ensañan contra un valeroso defensor de estos, a quien han perseguido y privado de la libertad durante más de una década.

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