El nombramiento de Clara López: componenda cínica de Santos y el Polo para privatizar la ETB

Todo muy al estilo felón del Polo, al parecer ya totalmente calado por Santos: doblegarse mansamente ante las órdenes de la burguesía y poner ante las masas cara de yo no fui. En medio de los rendidos agradecimientos al Presidente y a su predecesora en el encargo y de aspavientos sobre transparencias, éticas y pulcritudes, doña Clara manifestó: “Me comprometo, señor Presidente, a los cinco puntos que usted ha reseñado.”

Luego de haber encargado como alcaldesa de la Capital a la ministra de Educación, María Fernanda Campo, Santos escogió a Clara López Obregón, presidenta del partido amarillo, de una terna de la que también hacían parte Jaime Moreno y Tarsicio Mora. El acto en el que se hizo el anuncio fue una muestra rotunda de lo deleznable que resulta ese movimiento, que se esmera, día tras día, en declararles a los amos de la sociedad que pueden contar con ellos para la imposición de su designios, con tal que les permitan meter sus humanidades cada cierto tiempo dentro de los carros oficiales.

En la alocución el jefe del Estado, luego de aludir a su antiguo conocimiento de la jefe polista — relación que hunde sus raíces en el contubernio histórico de las aristocráticas “casas” López y Santos— y de agradecer la sin igual gestión de la ministra Campo, señaló que “con la doctora Clara hemos acordado cinco puntos”: transparencia en el próximo proceso electoral y en la contratación; colaborar con la policía y el Gobierno Nacional en la mejora de la seguridad; ponerles atención a las reclamaciones, adiciones y terminación de las obras; trabajar juntos en la realización del campeonato de fútbol Sub-20.

“Y el quinto punto tiene que ver con la ETB.

“Yo le he pedido a la doctora Clara que se posesione el viernes a medio día. Mañana va a hacer empalme con la doctora María Fernanda, mañana firmaré el decreto y se posesiona a medio día el viernes. Y ese día, por la mañana, la Alcaldesa Ad Hoc, Cristina Plazas, presentará en el Concejo de Bogotá el proyecto sobre la ETB, un proyecto que es muy importante que se discuta, que la ciudad lo conozca y que la ciudad en realidad tome la decisión.”

La fruición de Santos mientras relataba estos pormenores era inocultable. No solo le había impuesto a la “temible” opositora la aceptación de la venta de la empresa capitalina a cambio de una palomita en el Palacio Liévano, sino que, con pelos y señales, hacía pública la tramoya: que la señora López se posesionaría acto seguido a la presentación al Concejo del Distrito por la señora Cristina Plazas Michelsen, otra integrante del mismo clan plutocrático, del proyecto de subasta de la firma bogotana. Todo muy al estilo felón del Polo, al parecer ya totalmente calado por Santos: doblegarse mansamente ante las órdenes de la burguesía y poner ante las masas cara de yo no fui. En medio de los rendidos agradecimientos al Presidente y a su predecesora en el encargo y de aspavientos sobre transparencias, éticas y pulcritudes, doña Clara manifestó: “Me comprometo, señor Presidente, a los cinco puntos que usted ha reseñado.”

En los últimos cuatro meses, la hoy seleccionada Alcaldesa, en su calidad de presidenta del Polo, se había pronunciado reiteradamente en contra del proditorio cometido impulsado por su copartidario Samuel Moreno, aunque manteniéndole a éste su apoyo, como si se tratara de una mera discrepancia y no de un punto crucial para definir si se está del lado de los intereses nacionales o de los de los monopolios, y simultáneamente, buscando distraer a los seguidores y a los bogotanos, poniendo la responsabilidad por la medida antinacional en la Junta Directiva y el Gerente de de la empresa, en el Procurador, en el legado de Mockus, en cualquiera menos en Moreno, el determinador principal de dicha disposición.

En declaración del 14 de febrero la doctora López suscribió:

“El Polo Democrático Alternativo ratifica su rechazo a toda forma de privatización de la ETB, a la disminución del porcentaje de participación accionaria que el Distrito posee en la actualidad; respalda las movilizaciones que Sintrateléfonos y otras organizaciones sindicales y sociales y la comunidad en general han planteado para oponerse a este “raponazo”; e invoca al Alcalde Mayor, Samuel Moreno Rojas, a no ceder a este tipo de presiones que buscan feriar la ETB”.

El 28 de marzo en comunicación dirigida al burgomaestre:

“El Comité Ejecutivo del Polo Democrático Alternativo PDA, le reitera lo manifestado en la comunicación del año pasado con motivo de la búsqueda de un socio estratégico para la Empresa de Teléfonos de Bogotá ETB, en el sentido de rechazar la venta de la empresa y resaltar la necesidad de defender el patrimonio público de la ciudad, de acuerdo a los postulados del ideario de unidad y las directrices de la Dirección Nacional de nuestro Partido (…) Por lo expuesto anteriormente, le solicitamos reconsiderar la decisión de avanzar en la privatización de la empresa, abstenerse de presentar el proyecto de acuerdo pidiendo autorización para enajenar acciones de la ETB.”

La noche de ese mismo día en la entrevista para el programa Claramente de RCN, luego de hacerse lenguas con la “política social” de su copartidario: “Desde luego tenemos críticas. La más reciente, el anuncio que ha hecho de la privatización de la ETB, algo que el Partido no comparte con el señor alcalde.”

Y ante el nombramiento de la Alcaldesa ad hoc, la revista Semana reseñó:

“La presidenta del Polo Democrático Alternativo, Clara López, se manifestó este viernes en contra del nombramiento de Cristina Plazas, funcionaria del Gobierno Nacional, como alcaldesa ad hoc para tramitar ante el Concejo de Bogotá la venta de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (…) Para López, esta acción del presidente Juan Manuel Santos “confirma que el Gobierno Nacional está dilatando la designación de un representante del Polo en la Alcaldía Mayor de Bogotá, tal y como lo exige la Constitución y la Ley, y lo confirmó en el día de ayer (jueves) el Consejo de Estado en respuesta a concepto solicitado por el Ministro del Interior”.

Entonces, para que el presidente no dilatara más, El Polo, a través de su jefa, se comprometió al remate de la telefónica, pidiéndole a Santos que él mismo le colocara a la ex Secretaria de Gobierno distrital la hoja de parra —que el proyecto lo presente al Concejo la hasta la víspera vetada Secretaria del Consejo de Ministros— con la que el “único partido de oposición” pretende encubrir sus impudicias.

Nuevamente los robledos nos dirán para explicar sus vergüenzas —como lo hicieron, por ejemplo, en la elección de mesas directivas del Congreso— que la Alcaldía es un derecho del Polo; y, en verdad, lo es, por lo cual, precisamente, el nombramiento de uno de los suyos no tendría por qué sujetarse a ninguna clase de condicionamiento y, por el contrario, si esa era la exigencia de Santos para cumplir lo que lo obliga la ley ante la interinidad en la Alcaldía, han debido arrostrar dignamente la arbitrariedad oficial, así se perdieran canonjías pasajeras, y aprovechar para impartir una lección de que a las fuerzas que persiguen transformar la sociedad les está vedado hacer transacciones en cuestiones de principios, y sobre que el régimen actual sólo acata su propia legalidad hasta el mismo momento en que ésta choca con sus intereses. Pero esto sería pedirle peras al olmo.

También es evidente que en el acuerdo pesó el interés polista de utilizar los puestos de mando de Bogotá para tratar de evitar el descalabro electoral que se anuncia y no quedarse al margen de la feria de contratos, que por varios billones de pesos se realizará en el Distrito de aquí a diciembre, la que Presidente y Alcaldesa se comprometieron a manejar con total “transparencia”, sobre lo cual no puede caber duda, ya que los dos son los líderes del PDA, una, y del Partido de la U y La Unidad Nacional, el otro, agrupaciones que han venido manejando los contratos de la salud, las vías, la Dirección de Estupefacientes, el agro, con acrisolada honorabilidad, como consta en autos, y pueden dar fe Iván y Samuel Moreno, los hermanos Nule, Uribito y Andrés Uriel Gallego.

Notas Obreras no desfallecerá en su esfuerzo de alertar acerca de que esta izquierda oficial se constituye en el mayor obstáculo que habrá de removerse para que se le abra camino en Colombia a una política revolucionaria que no transija con la venta del patrimonio nacional ni con la esquilmación de los colombianos.

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