Gobernador Andrés González pretende liquidar el hospital San Rafael de Fusagasugá

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La deuda de la sola nómina asciende a 1.300 millones de pesos, ya que al personal de planta no le han cancelado los salarios correspondientes a los meses de mayo y junio y a los trabajadores enganchados por cooperativa, los meses de abril, mayo y junio.

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El pasado 8 de julio, los más de 650 empleados de planta y cooperativa del hospital de Fusagasugá se declararon en “asamblea permanente” porque la institución les adeuda tres meses de salario y no los provee de los insumos indispensables para la atención médica.

Como lo manifestaron dirigentes de los sindicatos del centro asistencial, la deuda de la sola nómina asciende a 1.300 millones de pesos, ya que al personal de planta no le han cancelado los salarios correspondientes a los meses de mayo y junio y a los trabajadores enganchados por cooperativa, los meses de abril, mayo y junio.

Además, la declaración del cese de actividades fue necesaria puesto que los funcionarios no tienen cómo prestar un buen servicio: no hay material para hacer exámenes de laboratorio y los medicamentos escasean. Toda esta situación ha implicado la desmejora de la atención, pues no basta con el diagnóstico del médico o con el ingreso del paciente a la sala de espera para que su problema de salud sea resuelto; por lo tanto, los empleados están trabajando con las uñas, bajo su responsabilidad, y poniendo en riesgo la vida de los enfermos.

Hay alrededor de 33 empleados que ya cumplieron los requisitos para pensionarse y todavía no gozan de este derecho, pues en el Seguro Social no aparecen las semanas cotizadas. Para colmo, los últimos reportes entregados por el ISS declararon a trabajadores activos como personas muertas, y el Seguro no atiende al usuario sino al representante legal, con lo cual quienes reclaman su derecho se han visto en un callejón sin salida.

La insolvencia del San Rafael tiene el mismo origen que la que sufrieron los hospitales de Girardot y Zipaquirá: las E.P.S. no le giran los dineros adeudados, a tal punto que le deben $ 8.314 millones, parte de esta suma está en mora desde el año 2005. El gerente le informó al Concejo Municipal que al San Rafael le deben más del doble de lo que el hospital adeuda a sus acreedores.

De acuerdo con este dato, esta importante institución pública de salud se podría salvar. Pero tal no es el propósito de las autoridades nacionales ni departamentales.

Confabulado con Uribe Vélez y en su afán por convertir la salud en un fabuloso negocio, al gobernador de Cundinamarca no lo conmueven la situación económica de los funcionarios, ni mucho menos la salud del pueblo cundinamarqués, puesto que en entrevista a Caracol expresó que no descarta la posibilidad de liquidar el hospital de Fusagasugá, como lo hizo con los de Zipaquirá y Girardot.

Ante tan brutal embestida, a los trabajadores y usuarios de la salud el único camino que les queda es la organización y la lucha como medio de resistencia para frenar estas nefastas medidas.

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