Voceros de las Centrales de trabajadores en la mesa de concertación anual del salario mínimo en Colombia: desechen el camino de la conciliación, en el que los trabajadores han sido despojados de sus preciadas conquistas

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Compañeros, los invitamos fraternalmente a que desechen el camino de la conciliación, en el que los trabajadores han sido despojados de sus preciadas conquistas, y a que impulsen consecuentemente las luchas, no solo para impedir nuevos asaltos, sino para arrebatarles a los adversarios mejores condiciones de vida y de trabajo.

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Diciembre 23 de 2019

Compañeros

Voceros de las Centrales de trabajadores en la mesa de concertación anual del salario mínimo en Colombia

Reciban nuestro saludo,

El aumento del salario mínimo en insignificantes $2.235 diarios (que no alcanzan para cubrir un solo pasaje del transporte urbano), propuesto por ustedes para el año 2020, no se compadece con las gigantescas movilizaciones y las jornadas de lucha que, en el marco del paro nacional iniciado el 21 de noviembre, tienen lugar en todo el territorio nacional. Tampoco con el hecho de que el salario mínimo a duras penas cubre la mitad de la canasta básica, como lo reconoce incluso el DANE.

El ocho punto uno (8.1) por ciento, en torno al cual se unificó la dirección de las centrales, es incluso inferior al de años anteriores. No solo en términos porcentuales, en términos absolutos también. Si en la marea baja de las luchas populares era completamente inaceptable que en el altar de la mesa de concertación laboral se sacrificaran cada año los intereses de los trabajadores, más intolerable resulta hoy, cuando millones de oprimidos se han puesto en pie de lucha para decir basta ya.

El “ajuste” que se pide es, así mismo, una pasmosa voltereta con respecto a una de las banderas enarboladas en la convocatoria del paro: la de que el salario mínimo debería cubrir por lo menos la canasta familiar. En consecuencia, las discusiones sobre el aumento del salario mínimo no pueden seguir orbitando en torno a las proyecciones de la inflación. De otro lado, el ajuste del resto de la escala salarial y de las pensiones mayores al mínimo, debe ser, al menos, equivalente al crecimiento del costo de vida anual.

Mientras la dirección de las centrales defiende un alza miserable de los salarios, apenas superior en $1.000 diarios al aumento que proponen burlonamente los patrones, en la ciudad de Medellín, por ejemplo, se están anunciado fuertes aumentos en el avalúo catastral —que dispararán el impuesto predial casi correlativamente—, de entre el 10% y 100% para 583.000 predios, entre el 100% y el 500% para 309.000 y entre el 500% y el 1.700% para otros 8.000 predios. Los medellinenses y los antioqueños, además, tendrán que pagar con tarifas asfixiantes en los servicios públicos las pérdidas billonarias del desfalco de Hidroituango.

El pueblo colombiano se ha levantado, entre otros motivos, contra las intolerables pretensiones del gobierno de Duque que, dando continuidad a las políticas impuestas por el capital financiero nacional e internacional, pretende robarse las pensiones, como se lo ordenan los grupos Aval y Empresarial Antioqueño, y envilecer todavía más la paga mediante el despojo de los derechos laborales.

Por tales razones, la “agenda” del paro, que diluye en vaguedades las sentidas reivindicaciones de los asalariados, debe incluir expresamente y con el debido relieve la exigencia al gobierno de no presentar al congreso las reformas laboral y pensional, la derogatoria de los artículos del Plan Nacional de Desarrollo relacionados con estas demandas e inscribir en su programa la lucha por la eliminación de los fondos privados de pensiones, la estatización de todo el ahorro pensional y la incorporación del universo de los cotizantes al régimen de prima media de Colpensiones. En materia de salud debe lucharse porque las necesidades de los usuarios dejen de ser un negocio vulgar. Por tanto, es necesario batallar por la supresión de las EPS y para que el estado asuma por completo la responsabilidad de la salud; los hospitales públicos no deben seguir siendo Empresas Sociales del Estado.

En medio de las condiciones actuales, un asunto de tal importancia como lo son los salarios, no puede ser del resorte exclusivo de las Centrales; que se deposite en las manos del comité nacional de paro.

Apreciados compañeros, el dramático abaratamiento de la mano de obra y el despojo de las conquistas de los trabajadores, como las que baraja la administración Duque, no son el producto de “equivocaciones teóricas” por parte del capital financiero imperialista, la patronal y los gobiernos. Tales afirmaciones, hechas en un artículo del periódico El Tiempo, el pasado 16 de diciembre, titulado “Salario mínimo, empleo, ganancias, productividad e inflación”, tienen el propósito de ocultar que el envilecimiento de los salarios obedece a la irrefrenable sed de lucro de los empresarios. Constituyen, además, la base ideológica de la conciliación que postra a los trabajadores ante sus enemigos de clase, pues niega la necesidad de la lucha y la reemplaza por la “conversación”, la persuasión, el convencimiento. “Los tiempos de paro” exigen un combate sin cuartel contra estas concepciones que corrompen la conciencia del proletariado.

Por las razones anotadas, los invitamos fraternalmente a que desechen el camino de la conciliación, en el que los trabajadores han sido despojados de sus preciadas conquistas, y a que impulsen consecuentemente las luchas, no solo para impedir nuevos asaltos, sino para arrebatarles a los adversarios mejores condiciones de vida y de trabajo.

COMITÉ DE SALIDARIDAD OZIEL TAPASCO QUINTERO

COMITÉ CON LAS PENSIONES NO SALARIO DIGNO

PARTIDO SOCIALISTA DE LOS TRABAJADORES

SINTRAISA

COMITÉS BARRIALES DE BELLO

NUEVA CULTURA

¡¡¡No más concertación!!! ¡¡¡lucha y movilización!!! ¡¡¡Abajo las reformas laboral, pensional, de salud y tributaria!!! ¡¡¡Abajo el holding financiero!!! ¡¡¡A parar para avanzar… viva el paro nacional!!!

¡¡¡Unidad para avanzar… viva el paro nacional!!!

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