Rechacemos proyecto de reelección

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Por Francisco Cabrera

Colombia se parece cada día más a una colonia en la que el embajador de la metrópoli imperial funge de Virrey. Los gobiernos nativos y las fuerzas políticas que los apuntalan, desempeñan el deplorable papel de cipayos a la espera de la última palabra del representante directo de los amos.
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Por Francisco Cabrera

Colombia se parece cada día más a una colonia en la que el embajador de la metrópoli imperial funge de Virrey. Los gobiernos nativos y las fuerzas políticas que los apuntalan, desempeñan el deplorable papel de cipayos a la espera de la última palabra del representante directo de los amos. Así acaba de suceder en el tema de la reelección, en torno al cual el virrey William Wood sentenció desde Cali que no veía “nada de antidemocrático en la propuesta” y auguró largos años en el mando a Uribe Vélez, pues, según él, el pueblo colombiano no puede esperar en sólo cuatro años la solución al problema de una guerrilla que lleva actuando cuatro décadas. Los alzafuelles del alzafuelles del tío Sam interpretarán las palabras del funcionario estadounidense como el toque de clarín para salir a la batalla.

Esta no es la primera vez en la que el representante del imperio muestra el inmenso respaldo del que goza el dócil presidente colombiano en la Casa Blanca. El 18 de enero, en una entrevista aparecida en El Tiempo, había dicho que con Uribe los Estados Unidos estaban trabajando “con un equipo ganador” y, tras colmarlo de elogios, puntualizó: “Está jugando un papel realmente histórico”. Por ello no es extraño que Fabio Echeverri, el escudero presidencial, haya salido a vociferar que antes de su jefe nadie merece mención en la historia nacional, incluidos Bolívar, Santander y Ricaurte.

En la mencionada entrevista, el señor Wood mostró su complacencia con la actitud del gobierno de Uribe frente a las negociaciones de un tratado bilateral con los Estados Unidos, que en la práctica culminará el proceso de total anexión económica de Colombia a esa potencia. La alternatividad penal fue el otro punto polémico en el que dio vía libre, al señalar que su gobierno no quiere que exista un choque entre la extradición y el proceso de paz.

Sí señores, nos parecemos cada día más a una colonia.

La descarada intervención gringa y las pretensiones de Uribe deben ser rechazadas enérgicamente por todos los demócratas y personas deseosas de alcanzar el bienestar del pueblo y la soberanía nacional.

Febrero 7 de 2004

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