Los conejos del alcalde Garzón

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Por Francisco Cabrera
El alcalde Garzón les puso conejo a los bogotanos. El gerente de la Empresa de Acueducto, Alberto Merlano Alcocer, dijo que las tarifas del agua no bajarán, puesto que si se elimina el cargo fijo, lo que se pagaba por este concepto se trasladará al pago de un metro cúbico más elevado (El Tiempo, octubre 22 de 2004). La ciudadanía ya le había conocido al “compañero Lucho” esa capacidad para el embuste cuando, pese a que consiguió los votos diciendo que en su mandato no habría más impuestos, recién posesionado anunció que para recuperar la malla vial cobrará cerca de un billón de pesos mediante valorización local.

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Las tarifas del agua no bajarán

Por Francisco Cabrera
El alcalde Garzón les puso conejo a los bogotanos. El gerente de la Empresa de Acueducto, Alberto Merlano Alcocer, dijo que las tarifas del agua no bajarán, puesto que si se elimina el cargo fijo, lo que se pagaba por este concepto se trasladará al pago de un metro cúbico más elevado (El Tiempo, octubre 22 de 2004). La ciudadanía ya le había conocido al “compañero Lucho” esa capacidad para el embuste cuando, pese a que consiguió los votos diciendo que en su mandato no habría más impuestos, recién posesionado anunció que para recuperar la malla vial cobrará cerca de un billón de pesos mediante valorización local.

Durante su campaña electoral y en los primeros días de su mandato, Luis Eduardo Garzón les prometió a los bogotanos que rebajaría las tarifas del agua, siempre y cuando los trabajadores de la Empresa de Acueducto renunciaran a una serie de derechos pactados en la convención colectiva. Con esta posición, el alcalde del Polo Democrático se apropió del más perverso de los argumentos de los neoliberales: culpar de los males de la sociedad a lo que ellos llaman los “privilegios” de los asalariados. Pero lo peor de todo fue que el sindicato, bajo la asesoría de la CUT y Sintraemsdes, aceptó la mencionada tesis y ofrendó en el altar de la traición importantes conquistas de los trabajadores. El alcalde, por su lado, salió a ufanarse de haber descubierto “el modelo de negociación integradora”, en donde, según él, “no hay ganadores ni perdedores”, y “‘todos ponen’ a la solución”.

El infundio no tardo en evidenciarse. Fernando Vita, personero delegado para Servicios Públicos le dijo al diario El Tiempo: “Como las tarifas no bajarán, la eliminación del cargo fijo no afectará los ingresos de la Empresa de Acueducto ni el plan de inversiones previsto para los próximos 10 años”, y agregó que “la disminución de los costos laborales gracias a la renegociación de la convención colectiva le dan más margen de maniobra financiera a la empresa” (El Tiempo, octubre 22 de 2004). ¡Más claro no canta un gallo! Todo fue una trampa para que el “alcalde de izquierda”, con la complicidad del sindicato, les birlara sus derechos a los trabajadores.

La ciudadanía por su parte no ha visto ningún alivio en las tarifas del agua, y por el contrario, el peso de éstas es cada vez más agobiante. Ya está claro que no son los salarios de los trabajadores la causa de las altas tarifas. Ésta debe buscarse en la celebración de multimillonarios contratos onerosos con el sector privado, como la concesión de la planta de tratamiento de Tibitoc, la construcción de redes, la facturación y los que se les otorgaron a los llamados gestores a quienes se les entregó la ciudad dividida en zonas, entre muchos otros.

Miremos brevemente cuál fue el precio pagado por los trabajadores:

  • Los servicios médicos que estaban a cargo de la empresa pasaron a manos de las EPS (más de 4.600 afiliados entre personal activo y pensionados). Esto significa que ahora el servicio no será integral sino limitado por el P.O.S., con preexistencias, copagos y cuotas moderadoras, y en general, todo lo que significa la intermediación parasitaria de las EPS creada por la Ley 100.
  • Se aceptó otro régimen prestacional para los trabajadores nuevos, sin los beneficios de la convención.
  • Se acordó reestructurar la empresa con la participación del sindicato.
  • El sindicato se comprometió a realizar campañas cívicas no remuneradas en los barrios, como una forma de respaldar a la administración de Luis Eduardo Garzón.
  • El sindicato se comprometió a colaborar en temas como la competitividad y la eficiencia empresarial

Octubre 26 de 2004

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