Las ayudas estatales a los pobres: ¿menores limosnas para más o mayores para menos?

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Se podría concluir que existe una diferencia entre los gobiernos de derecha y de izquierda en materia asistencial: los primeros dan menos a más hogares y los segundos dan más, pero a menos hogares.

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Editorial, 25 de septiembre de 2023

La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, y el presidente de la República, Gustavo Petro, se enfrentaron en una agria polémica la semana pasada (Saavedra, 2013), por causa de las modificaciones de los subsidios a los necesitados. La alcaldesa, en parte para demostrar que no tiene culpa en la injusticia cometida contra las ciento sesenta y un mil familias que quedaron sin el ínfimo ingreso solidario, de unos doscientos mil pesos mensuales y, en parte, espoleada por su ánimo bilioso contra el mandatario, sostuvo que: 

“No tiene ninguna lógica que el gobierno de Duque le  girara más renta básica a más familias en pobreza en Bogotá, que el gobierno del presidente Petro. No puede ser que nos resultó más ‘pro pobreza’ el expresidente Duque”.  

Petro respondió: “Ante el hecho [del fin de Ingreso Solidario] comenzó una nueva política de transferencias que no reparte pequeñas cantidades entre mucha gente, limosnas que no lograron disminuir la pobreza en Bogotá ni en Colombia, sino una renta que garantice salir de la pobreza, medio millón mensual, y se ubica en madres cabeza de hogar de niños menores de edad”. 

No tiene discusión que se da un aumento en los montos, pero se necesita mucha audacia verbal para afirmar que con medio millón mensual una familia tiene la garantía de “salir de la pobreza”, más aún si se tiene en cuenta la desbocada inflación. Pero dejando a un lado estas aclaraciones, el asunto se resume en que la administración Duque, ante la creciente inconformidad social por los estragos de la pandemia y los confinamientos, que se manifestó en numerosas movilizaciones y saqueos en los que los hambrientos enarbolaban trapos rojos, trató de amainar la tempestad con el mencionado ingreso solidario, mediante el cual fueron entregadas mensualmente sumas irrisorias a alrededor de 4 millones de familias paupérrimas. Como lo señaló Petro, dicho auxilio estaba destinado por el gobierno anterior a terminarse en diciembre de 2022 (Acosta, Taboada, Arango Otero, & Cortés, 2023 abril). 

El nuevo jefe de Estado, con ímpetus transformadores, propuso, entonces, la renta ciudadana, con un monto incrementado, destinado a hogares muy pobres y, en particular, a madres solteras. Afirmó que de esa manera la Bogotá Humana casi logró la hazaña de acabar la pobreza en la capital. Pero el nuevo programa solo abarca a aproximadamente 2,8 millones de hogares. Es decir, que 1,2 millones que antes recibían algo quedaron excluidos de las nuevas “dádivas” oficiales (Oliva López, 2023). Se podría concluir que existe una diferencia entre los gobiernos de derecha y de izquierda en materia asistencial: los primeros dan menos a más hogares y los segundos dan más, pero a menos hogares. A millones de bocas famélicas se les ha arrebatado el mendrugo de pan que recibían, pero todo se ha hecho, eso sí, a título de la eficacia para derrotar la pobreza. ¡Qué gran consuelo para ellos! 

Cierto es que, con las limosnas oficiales, ya sean duquistas o petristas, no se cambia el mundo. Tales donaciones, como ocurre con las de los filántropos, aparecen cuando las sociedades se llenan de menesterosos, es decir, cuando el régimen social es injusto, explotador, y unos pocos acaparan la riqueza. No tienen por objeto erradicar la miseria, sino aliviar las tensiones sociales y presentar a sus causantes como salvadores. Por su puesto, en estas notas abogamos por una sociedad libre del expolio a la mano de obra, de desempleo, de miseria, de concentración de la riqueza, de sojuzgación neocolonial. Entretanto, denunciamos cada acto de rapiña, de desposeer a los humildes hasta de las migajas, en un país que destina más de noventa billones de su presupuesto a engordar a los usureros nacionales y foráneos y en el cual unos cuantos se regodean en la opulencia, mientras millones no pueden llevar a la mesa ni siquiera las tres comidas diarias. Por elemental justicia, se requiere que la mano que clama se cierre férreamente en puño que reclama.

Referencias:

  • Acosta, K., Taboada, B., Arango Otero, A., & Cortés, J. (2023 abril). Evolución de las transferencias
  • monetarias en Colombia. Documentos de Trabajo sobre Economía Regional, 10-13.
  • Oliva López, J. C. (2023). Renta ciudadana en Colombia 2023: beneficiarios, montos y calendario de
  • pagos. El País, 15 de marzo.
  • Saavedra, F. (2013). Gustavo Petro siguió la pelea con Claudia López por subsidios del Gobierno
  • Duque: “Las limosnas no lograron disminuir la pobreza”. Infobae.

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