Integrante del Comité Ejecutivo de la CUT, Winston Petro, rechaza cambio de deuda por acción climática

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Los planteamientos presentados por el presidente Petro a los voceros estadounidenses en relación con el tráfico de drogas ilícitas, significa que se redoblará la presencia de buques y aeronaves de la potencia hollando nuestra soberanía en mares y cielos; y lo último que les importará a los invasores será el atrapamiento de los capos.

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El siguiente es el texto de la declaración de Winston Petro, miembro del Comité Ejecutivo de la CUT:

Llamado a rechazar la andanada gringa por despojarnos de nuestros recursos naturales y territorios

El imperialismo norteamericano se ha lanzado a desgarrar a América Latina y el Caribe mediante el embeleco de reducir mínimas porciones de la abultada deuda externa en trueque colonialista por mares, ríos, selvas, islas so pretexto de proteger la biodiversidad o el clima del planeta.

La figura más visible de esta operación es la general Laura Richardson, jefe del Comando Sur de los Estados Unidos, que tiene bajo su jurisdicción al grueso de América Latina y el Caribe. La general se ha convertido en huésped habitual de los gobernantes del hemisferio, y en diversos escenarios expresa paladinamente la decisión del Tío Sam de afianzar su hegemonía en la región, y no oculta la avidez por sus enormes riquezas naturales: los fecundos yacimientos de tierras raras, litio, cobre, oro y otros minerales esenciales para las nuevas tecnologías, los crudos pesados y ligeros, el 31 % del agua dulce del planeta, el Amazonas, pulmón del mundo, entre otros tesoros, que no puede permitir que caigan en manos de sus adversarios y competidores, en especial China, que avanza a pasos agigantados en la región.

En mayo pasado, el gobierno del Ecuador, presidido por el derechista Guillermo Lasso, en cumplimiento de uno de estos espurios acuerdos, le entregó a un puñado de especuladores financieros y ONG las Islas Galápagos y una gran parte de la plataforma continental ecuatoriana para que adelanten allí un programa de “conservación, control y vigilancia”. La fachada de esta operación de despojo es la organización, “sin ánimo de lucro”, Galápagos Life Fund, cuyos recursos provienen de una variada gama de fondos de inversión, instituciones cuya única razón de existir es el agio. En la intrincada especulación en la que pululan fondos de inversión, prestamistas multilaterales, calificadoras de riesgo, aseguradoras, destaca que Ecuador hace una emisión de deuda mediante un bono azul con intereses de 5,4 %, pero estas mismas condiciones no se reflejan en el préstamo que recibe —como sucede en otras especulaciones de este tipo—, pues el país hermano deberá pagar una tasa del 11,4 % por un crédito de USD656 millones, con lo que resulta esquilmado en unos USD450 millones de dólares adicionales en los 18 años que dura el entrampamiento, recursos que en su mayoría se destinan a cubrir “los costos de transacción”. Acuerdos parecidos de canje de deuda por despojo de riqueza natural se han hecho, a partir de 2018, en el país insular africano Seychelles, y en las pequeñas naciones caribeñas Belice y Barbados.

El presidente Petro se ha reunido en Bogotá ya en dos ocasiones —septiembre de 2022 y mayo de 2023— con la comandante gringa, quien también lo ha hecho con la vicepresidenta, Francia Márquez. En estas reuniones, el primer mandatario se abanderó ante la enviada de Biden de “la construcción de una fuerza militar, con helicópteros, pero destinada a apagar los fuegos de la selva amazónica, que es el principal problema de seguridad de la humanidad de hoy.” En múltiples ocasiones Petro ha insistido en ese planteamiento, entre otras, en sus palabras para posesionar al embajador ante los Estados Unidos, Gilberto Murillo, a quien le advirtió que su misión debía enmarcarse en esas directrices.

De otra parte, los planteamientos presentados por el presidente Petro a los voceros estadounidense en relación con el tráfico de drogas ilícitas, orientados a suprimir la aspersión aérea de cultivos y a aumentar la capacidad de interdicción, principalmente marítima, pero también aérea, significa que se redoblará la presencia de buques y aeronaves de la potencia hollando nuestra soberanía en mares y cielos; y lo último que les importará a los invasores será el atrapamiento de los capos.

También, el mandatario colombiano ha señalado en reiteradas ocasiones su empeño de “cambiar deuda por acción climática”. Así lo hizo, el pasado 20 de abril, en la rueda de prensa que concedió luego de la reunión con Biden; en la cumbre por un Nuevo Pacto Financiero Mundial, realizada en París, el 22 y 23 de junio de este año, y en la reunión de la semana pasada en Leticia preparatoria de la Cumbre Amazónica.

La historia de más de un siglo de dominación y agresiones imperialistas de los Estados Unidos a lo largo y ancho de los cinco continentes y su lista interminable de vejámenes contra los pueblos y las naciones de América Latina, además de su enconada disputa sin antecedentes con el imperio chino en ascenso, son prueba palmaria de que su nueva cruzada no se hace para guardar los bosques, o defender a los pueblos nativos, a las etnias, a las minorías; por el contrario, su objetivo es hincar aún más sus garras colonialistas sobre las naciones y pueblos y las ingentes riquezas naturales de esta porción del planeta, que desde siempre ha considerado su patio trasero.

La clase obrera y las masas populares de Colombia y del resto de Latinoamérica tienen una altiva tradición de lucha antiimperialista; contra ella se estrellarán los nuevos designios de los tiburones financieros de la decadente potencia occidental. Todos los patriotas tendrán un puesto de honor en esta portentosa batalla.

Winston Petro
Miembro del Comité Ejecutivo de la CUT

Bogotá, 12 de julio de 2023

De clic aquí para descargar la carta.

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