Las heróicas mujeres que jugaron destacado papel en la gesta emancipadora contra el yugo español hace 200 años.
Por una de esas coincidencias e ironías en las cuales es fecunda la Historia, en estos años convergen el bicentenario de las gestas de la Independencia de España y la exacerbación del dominio norteamericano sobre Colombia. Al tiempo que se rememoran las batallas que expulsaron a las tropas del Pacificador Morillo, el encomendero de la Casa de Nariño abre las puertas a la invasión de los ejércitos de los Estados Unidos. Cuando se recuerda la miseria que agobiaba a los pobladores de la Nueva Granada, sujetos al despotismo peninsular, y se recapitula cómo ventilaron sus quejas y se levantaron en revolución, y se mira y se compara todo ello con los millones de compatriotas asolados por la miseria y la sevicia de los opresores actuales, se siente la necesidad de convertirse en alumnos de los libertadores, se percibe la vigencia de sus enseñanzas primordiales.
El zarpazo sobre Panamá inauguró un siglo caracterizado por el dominio norteamericano, acrecentado en los últimos años, y por la sumisión vergonzosa de los gobernantes colombianos. La suerte del Istmo no fue mejor, pues terminó convertido en un enclave colonial. Hoy, las dos naciones deberán unirse en la lucha contra el enemigo común.