La cuestión es cómo hace el sistema de salud para garantizar un diagnóstico y tratamiento oportunos para que un porcentaje mayor de estos infantes puedan salvarse y para que, en general, la gente no muera absurdamente en las salas de urgencias o esperando que le programen un procedimiento. La solución pasa por sacar del círculo a las EPS y a los políticos que pelechan de los dineros de la salud, algo que no hará este régimen oligárquico.
La inconformidad nacional contra el modelo de la Ley 100 debe juntarse en un gran frente de lucha capaz de convertir la rebeldía existente en un poderoso movimiento de resistencia civil, el cual debe emprender todas las acciones necesarias para propiciar una reforma que recoja las demandas populares.