En el pueblo se respira una atmosfera fétida, que lleva a que se formulen interrogantes como: ¿Cuáles serán las causas de tal situación? ¿Quiénes se han visto afectados o beneficiados en las actuales emergencias municipales? ¿A quiénes habrá de imputársele la responsabilidad?
La ruina que provoca el invierno no es de ayer, y si hoy se evidencia como una catástrofe nacional es porque a las clases dirigentes no les ha interesado dar soluciones estructurales al problema, siempre han actuado de manera coyuntural e improvisada.