Por Alfonso Hernández
Al parecer el apetito reeleccionista de Uribe vuelve a imponerse. Para ello le ha sido necesario franquear las arcas del Estado, quebrar la legislación atinente a muy diversas materias y traspasar los linderos mismos del código penal. Basta ver cómo, aún después de descubiertas las operaciones de espionaje cometidas por el DAS se repiten, en mayor escala y de manera más tecnificada, dando muestra de qué tanto desprecia el gobernante las investigaciones y hasta dónde está dispuesto a desafiar toda norma para satisfacer sus descontroladas ambiciones.