Por Graciela Peña
Manejando una política de doble faz, el nuevo inquilino de la Casa Blanca, en escasos seis meses de gobierno, ya ha desencantando a muchos de quienes en algún momento pensaron que su gobierno marcaría diferencias no solo de estilo con su antecesor. Promesas como cerrar la prisión Bahía de Guantánamo en Cuba, retirarse de Irak, o renunciar al uso de la tortura, despertaron optimismo y esperanza en personas cansadas de los ocho agobiantes años de la Administración Bush.