Con la cooperativa, en Jardines de Colombia los Nannetti reducen el salario mínimo a menos de la mitad
“Debemos matarnos el doble para por lo menos sacar el mínimo.”
Mientras la CUT perora las bondades de la concertación, la vuelta del sindicalismo a hacer “parte de la democracia y la institucionalidad”, el “mensaje de tranquilidad” que le dio el Ejecutivo en cuanto a que no reducirá los parafiscales, y se ilusiona con que el sol volverá a brillar en la era santista; en el mundo real —no en el de las maquinaciones oportunistas—, en el que se debaten centenares de miles de proletarios que se rigen por el salario mínimo, se está viviendo el suplicio de que, con prisa y sin pausa, se imponen formas de explotación laboral apenas comparables a las padecidas por el proletariado naciente de nuestro país a finales del siglo XIX y comienzos del XX, en las plantaciones bananeras de la United Fruit Company, en las primeras fábricas de textiles o en los nacientes campos petroleros.
El gobierno y los empresarios se las han arreglado para estatuir, sin arrostrar el costo político de hacer las modificaciones legales necesarias, la reducción, de un solo tajo, a la mitad o menos del salario y las prestaciones legales mínimas, a través del sistema de cooperativas de trabajo asociado. Aunque el Ministerio se rasga las vestiduras diciendo que esas entidades no pueden ser intermediarias laborales, paralelamente ha pulido una especie de normatividad ad hoc con la que se les ha da patente de corso a las gerencias para constituirlas, descargando en ellas, o sea en los obreros mismos, la totalidad del pago de la seguridad social integral, los parafiscales, y lo que quede para el sueldo.
Notas Obreras publica el artículo de la presidenta de Untraflores, aparecido en la edición 25 de Florecer, en el que se detalla cómo el más poderoso grupo floricultor ha empezado a aplicar el sistema en sus plantaciones. Es obvio que éste no es el único sector en el que esto está sucediendo, sino que procesos similares deben estar andando en las demás áreas de la economía, no sólo de la exportadora, y no cabe duda de que en los que aún no se haya implantado, se intentará más temprano que tarde.
Pese a las entelequias de los contemporizadores, el blanco principal de la globalización siguen siendo los salarios, en torno a los cuales se librará la más portentosa lucha de clases en un futuro cada vez más cercano.
Por Aidé Silva Mateus
“Al inicio nos hicieron creer que todo iba a seguir igual, nunca nos dijeron que las prestaciones iban a ser pagadas por nosotros mismos (…) dijeron que lo único distinto era que íbamos a ganar más plata”, de esta manera comienza la denuncia que hizo llegar a Florecer una trabajadora de Jardines de Colombia, que venía siendo contratada por la temporal Activos y que fue trasladada a la Precooperativa de Trabajo Asociado Desarrollo de Procesos Empresariales, Desem. “Todo el tiempo nos tuvieron engañados sobre que lo más poquito que podíamos sacar era el mínimo, pero de lo que nos hemos dado cuenta es que todo han sido mentiras.”
La innovación de los Nannetti consistió en establecer el pago por labores hechas (destajo); por ejemplo, en el encanaste, la cama en producción la pagan a $4.950 y la vegetativa a $2.570, pero toca hacerles el desyerbe y la limpieza de trincheras, y “ahora nos adicionaron la subida de mallas que no estaba en el programa”. En el desbotone pagan a $8,50 (ocho pesos con cincuenta centavos) el tallo: “antes estábamos en un promedio de 3.200 a 3.800 tallos en las 8 horas, con este método de trabajo nos toca sacar 5.000 tallos al día como mínino para lograr sacar nuestro sueldo mínimo y los $205.942 de las prestaciones”. El corte lo pagan a $9,50 (nueve pesos con cincuenta centavos), tallo de exportación, la flor nacional no la cuentan como tallos cortados, además, “el conteo no es igual, cada día se disminuye”. Antes en promedio se cortaban 350 tallos de clavel por hora, con el destajo para llegar al sueldo básico toco cortar por lo menos 500.
Lo del salario es aún más crítico: “en la primera quincena nos dejaron 5 días en caja que para cuando saliéramos de la empresa los devolverían. Nos hacen descuentos quincenales. Si no logramos sacar lo del salario mínimo, la empresa nos presta lo que falte para completarlo, porque las prestaciones las sacan sobre la base del mínimo completo; el préstamo nos toca pagarlo en cuotas; igual pasa con las incapacidades, como no hay suficiente plata ellos nos prestan y luego nos toca devolver en cuotas.”
Las deducciones quincenales son por lo generale las siguientes, aunque algunas veces son mayores:
Trabajo suplementario | $30.000 |
Provisiones | $66.614 |
Seguridad social y pensión | $65.942 |
Parafiscales | $25.870 |
Fondo por incapacidades | $5.000 |
Fondo de descanso anual | $5.000 |
Fondo de bienestar | $5.000 |
Dotación | $10.000 |
Gastos administrativos | $6.810 |
Fondo solidaridad | $2.500 |
Total descuento quincenal | $222.736 |
Total descuento mensual | $445.472 |
Tomemos un ejemplo:
Actualmente en las fincas de producción de clavel se exige cortar en promedio 350 tallos por hora. Veamos cuánto ganaría un trabajador en el mes pagándole a $9,50 el tallo y suponiendo que en ese mes no hiciera ninguna otra labor:
350 tallos x 8 horas = 2.800 tallos en el día |
2.800 tallos x $9,50 = $26.600 el día |
$26.600 x 26 días al mes= $691.600 |
$691.600 – $445.472 de descuentos = $246.128 |
Salario Mensual = $246.128 |
Así, en el mes un operario con los rendimientos actuales no alcanzaría a ganarse ni siquiera la mitad del salario mínimo; para recibirlo tendría que cortar más de 700 tallos por hora. La conclusión es simple, los Nannetti con este sistema reducen el salario mínimo a menos de la mitad. Y eso sin contar con que los tallos de nacional que no los pagan, por lo que es claro que para ganarse medio mínimo haya que cortar unos 750 tallos por hora.
Si el operario únicamente se dedicara a desbotonar sucedería lo siguiente. Como en promedio, actualmente un operario debe desbotonar 3.500 tallos al día tenemos:
3.500 tallos x $8,50 = $29.750 el día |
$29.750 x 26 = $773.500 al mes |
$773.500 – $445.472 de descuentos = $328.028 |
Salario Mensual = $328.028 |
Para obtener el salario mínimo el operario deberá desbotonar 4.500 tallos, un 30% más del trabajo actual.
Ahora, si suponemos que el obrero se dedique todo el mes a encanastar, y que la mitad de las camas estuvieran en producción y la otra mitad en vegetativo, tendríamos lo siguiente:
$4.950 cama en producción + $2.570 cama en vegetativo = $7.520. Esto lo dividimos por dos para sacar el promedio por cama, el cual daría $3.760. Supongamos que el trabajador encanasta 6 camas diarias, con desyerbe, limpieza de trincheras y subida de mallas.
$3.760 x 6 = $22.560 diarios |
$22.560 x 26 días = $586.560 al mes |
$586.560 – $445.472 de descuentos = $141.088 |
Salario mensual = $141.088 |
De esta forma, si el trabajador solo encanastara, su sueldo mensual se reduciría a menos de la tercera parte del mínimo legal.
Para finalizar el ejemplo, supongamos que el trabajador divide su jornada de 8 horas en tres partes iguales, una para cortar, otra para desbotonar y la última para encanastar. Entonces, tendríamos que sacar un promedio de sueldo así:
Corte | $26.600 |
Desbotone | $29.750 |
Encanaste | $22.560 |
Salario promedio | 78.910 ÷ 3 = $ 26.303 diarios |
$ 26.303 diarios x 26 días = $683.878 al mes | |
$683.878 – $445.472 de descuentos = $238.406 | |
Salario mensual = $238.406 |
La infamia es todavía mayor cuando se tiene en cuenta que los obreros pierden cualquier estabilidad; que no podrán hacer ninguna reclamación basándose en las leyes laborales, porque ahora no serán empleados sino ellos mismos sus propios patrones; y cuando los desechen, luego de haber arruinado en un breve tiempo totalmente su salud por los inhumanos rendimientos exigidos, no recibirán siquiera una indemnización.
No podría haber frase mejor para concluir este artículo que la de la compañera que nos entregó por escrito su denuncia: “Debemos matarnos el doble para por lo menos sacar el mínimo.”
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