El alcalde Enrique Peñalosa y sus mayorías del Concejo de Bogotá quedaron con el camino totalmente despejado para la aprobación de su nefasto Plan de Desarrollo gracias al mercenario del Polo Democrático Venus Albeiro Silva, uno de los tres ponentes, quien tenía en sus manos la posibilidad de obligar a la Administración a sacarlo por decreto, lo que hubiera dejado por fuera asuntos cruciales que sólo pueden ser aprobados por el Cabildo, tales como la venta de la ETB y cobros abusivos de valorización, de alumbrado público y peajes urbanos, entre otros.