Desde el pasado 15 de febrero se está librando en Wisconsin, al noroccidente de los Estados Unidos, una lucha de vastas proporciones entre los trabajadores al servicio de ese estado, y el gobierno regional, presidido por Sctott Walker, quien le propuso a la legislatura una norma de “arreglo presupuestal”, que contempla eliminar la negociación colectiva para los empleados públicos; someter los incrementos salariales que sobrepasen la inflación y cualquier otro acuerdo a refrendación por los votantes; impedir que las cuotas sindicales se descuenten por nómina y volverlas optativas; cargar a los empleados públicos y a los maestros con un 8% de descuento adicional sobre sus salarios para nutrir los fondos de pensiones y asegurar el servicio de salud.