Así, resulta que por obra y gracia del gobierno del cambio y de sus seguidores en el sindicalismo, la histórica jornada del primero de mayo de este 2024 se tornó en una de esas ocasiones en las que las masas laboriosas, presas de la confusión, son inducidas a desfilar en procesión para santificar el desplume de sus logros, cuando deberían centrarse en airear sus urgentes reivindicaciones, en llamar a la lucha contra la plutocracia de grandes burgueses y terratenientes agentes de la dominación imperialista, que aún someten al país y al pueblo a sus designios, y en agitar la hermandad de los pueblos del orbe, que hoy confluye en condenar y exigir el cese de la atroz agresión sionista y gringa contra el pueblo palestino.