Me duele este niño hambriento como una grandiosa espina, y su vivir ceniciento revuelve mi alma de encina.
Miguel Hernández[1]
Por Isabella Coronado
Hace pocos días los medios de comunicación informaron acerca de la muerte por desnutrición de un bebé de once meses de la etnia Kogui, que habita en la Sierra Nevada de Santa Marta.