¡Que se convoque de inmediato un gran encuentro nacional antiimperialista!
Declaración frente a la escalada del gobierno de Trump contra Colombia
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Donald Trump, el déspota que gobierna a Estados Unidos, ha decidido escalar su agresión contra el jefe de estado y el pueblo colombianos. Mediante un pronunciamiento falaz y siguiendo la macabra historia estadounidense de crear un clima de infamias para intervenir contra los gobiernos que no se someten a sus ucases, ha calificado al primer mandatario colombiano de ser un “líder del narcotráfico que incentiva la producción masiva de drogas, tanto en campos grandes como pequeños, por toda Colombia.”
Agregó que Petro “debería cerrar estos campos de exterminio [los sembradíos de coca] de inmediato, o Estados Unidos se los cerrará, y no lo hará de forma amable.” Con lo que esgrime la amenaza de intervenir directamente en nuestro territorio. Conminación que ya empezó a concretarse con el anuncio de la “nueva” Secretaría de Guerra de haber bombardeado una lancha con dos tripulantes en aguas internacionales del Pacífico en límites con Colombia.
Este ataque contra la soberanía y la integridad de Colombia se suma a la sistemática intromisión en nuestros asuntos internos, que Trump inició a los pocos días de posesionarse como nuevo inquilino de la Casa Blanca, y se acompasa con su política imperial de exigir sumisión absoluta a los gobernantes de lo que considera su coto de caza exclusivo, la América Latina.
No acepta que Petro haya trazado una política independiente para combatir el narcotráfico, la cual no se centra en envenenar con glifosato las chacras de los campesinos empobrecidos, entre otras razones por las políticas agrarias impuestas por Washington en alianza con la gran burguesía y los grandes terratenientes desde hace más de siete décadas. El mandatario colombiano ha preferido una política pacífica de sustitución de cultivos y la interdicción de los alijos de drogas en lo cual ha cosechado innegables éxitos, que son desconocidos o tergiversados por el gobierno gringo. Mientras tanto, Trump silencia la causa primigenia de este tráfico, cual es el consumo desaforado de alucinógenos en los países ricos de occidente, y que son las propias mafias de estos y sus circuitos financieros los que se llevan la parte del león del ilícito negocio.
Lo encoleriza que el mandatario colombiano se haya convertido en un consecuente vocero global de la causa palestina contra el genocidio sionista y que no se haya mostrado complaciente, como otros gobernantes latinoamericanos, con sus designios contra el pueblo y el gobierno de Venezuela. Por el contrario, ha desnudado la patraña de que el despliegue de una poderosa flota militar en el sur del mar Caribe tenga por objeto combatir el “narcoterrorismo”, cuando evidentemente su blanco es la desestabilización y el derrocamiento del gobierno de la república hermana de Venezuela, para adueñarse de sus vastas riquezas de hidrocarburos y metales raros y romper sus vínculos comerciales y diplomáticos soberanos con los países con los que Estados Unidos se disputa la preponderancia global. Más lo emponzoña que Petro denuncie sin temor las viles ejecuciones sin que medie juicio alguno de decenas de civiles con el argumento peregrino de que con ello impide la llegada de las drogas a su territorio.
Igualmente, ha amenazado con subir los aranceles a las exportaciones colombianas con el propósito de crear caos en la economía y debilitar al gobierno. Y adláteres suyos como el senador republicano, Bernardo “Bernie” Moreno, quien intriga permanentemente en Washington en contubernio con las elites colombianas, reiteran la infamia de que Petro “es un presidente que fue electo gracias a los dineros de los carteles de la droga.” Y que : “Vamos a seguir investigando eso; de hecho, vamos a acelerar esa investigación y, mientras tanto, lo vamos a poner a él, a su familia extendida y a sus facilitadores en la lista Clinton de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC). Además, vamos a nombrar a otros carteles de la droga en Colombia como organizaciones terroristas internacionales”.
Esta nueva avanzada hace parte de su atrevida intromisión en el proceso eleccionario para la Presidencia y el Congreso de la República, calendado para el primer semestre de 2026. Es evidente que el déspota gringo pretende imponer un cipayo suyo salido de las cavernas de la ultraderecha, comandada por Álvaro Uribe, como presidente de Colombia. Baste una prueba más: la insolente intromisión del secretario de Estado, Marco Rubio, en el juicio contra el perpetrador de los falsos positivos, que ya logró que la sala de un tribunal intimidado, mediante una sentencia del todo contraevidente, revocara el fallo condenatorio de primera instancia contra el expresidente. Decisión que está celebrando a rabiar la minoría antinacional progringa que detenta el poder económico y el control de los medios masivos de comunicación, y que, durante la sucesión de agresiones de Trump, se ha puesto sin empacho del lado del mandatario norteamericano. El presidente Petro, ante tamaño desafuero, ha convocado para el próximo viernes 24 de octubre una protesta en la plaza de Bolívar de Bogotá. Llamamos a concurrir masivamente a este acto de rechazo a la intrusión imperialista en la justicia para favorecer la irracional impunidad de Uribe Vélez.
Notas Obreras llama a las centrales sindicales, empezando por la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, al resto del movimiento sindical; a las fuerzas políticas y personalidades progresistas y patrióticas; a las organizaciones sociales; a la juventud valerosa, que probó su capacidad de lucha en el estallido social; a las amplias masas populares y a todo el que se indigne ante la oscura noche con la que Trump quiere cubrir a Colombia a emprender la más decidida resistencia. Proponemos que se realice de inmediato una reunión a la cual convoque la CUT, que tenga como único propósito ponerle fecha, a la mayor brevedad posible, a un gran encuentro nacional antiimperialista.
¡Fuera gringos de Colombia!
Notas Obreras
Comité Permanente
Bogotá, 21 de octubre de 2025
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