No más despidos, defendamos unidos la empresa y los derechos de los trabajadores

Declaración de Asprotic sobre la crisis en ETB (Descárgala en .pdf aquí)

El jueves 27 de febrero la Administración de ETB despidió, sin justa causa, a cerca de 100 trabajadores. Un número menor fue sacado en las semanas anteriores. A la vez, la empresa les informó a los medios de comunicación que había iniciado un plan de retiro anticipado con un “paquete de beneficios” para quienes quieran acogerse. En la noticia se deslizó la velada amenaza de que quienes no lo “aprovechen” se enfrentarán a una eventual reorganización “en condiciones distintas”. (El Tiempo, ETB perdió 1.000 millones de pesos por día en 2024: ¿qué salidas le quedan antes de quebrar?, 1/03/2025). No obstante, como demostración de que muchas veces las palabras no son más que eso, en los primeros días de este año el nuevo presidente, Diego Molano Vega, le había dicho al mismo diario que el gran activo que había encontrado en la empresa era la gente: “el empleado en general, la mayoría sindicalizados, es un funcionario que quiere a la empresa, está comprometido, se siente orgulloso de hacer parte de la compañía y trabaja duro por ella. Por eso tenemos un gran reto con todos ellos de lograr reprogramarlos, transformarlos para evolucionar la empresa.” (El Tiempo, Exclusivo: ‘Si la ETB no se reinventa, va a desaparecer’: Diego Molano Vega, 11/01/2025)

La campaña en los grandes medios de comunicación basada en información suministrada por la alta dirección de ETB se centra en su supuesta inviabilidad debido a unas alegadas pérdidas de $1.000 millones de pesos diarios, esto es, $360 mil millones anuales; a un déficit, también diario, cercano a los $2.000 millones; al alto endeudamiento; la insuficiencia de sus flujos de caja, y los elevados costos operacionales, en especial los de la nómina. Como una segunda salida, se orquesta “la venta, total o parcial, de su red de fibra óptica (…) refrescando así la caja y parando la empresa de mejor manera ante bancos e inversionistas” (El Tiempo, ETB perdió…). Es decir, acabar con ETB dizque para salvarla. Con base en esta información sesgada, pues soslaya las fortalezas de la compañía, se ha propiciado la caída del valor de la acción, el cual llegó, el 26 de febrero, al precio mínimo histórico de $52. De ahí que Enrique Peñalosa, mentor del actual Alcalde, conocido por ser un agente de los monopolios privados en gigantescos negociados (Transmilenio-Volvo) saliera a decir, pescando en el río revuelto y calculando alguna jugosa mordida, que el valor de la compañía ascendería, si acaso, a $200.000 millones. Cuando las solas inversiones en fibra óptica, a partir de 2012, ya montan por lo menos $ 5 billones.

De otra parte, el presidente Molano, mediante diversas comunicaciones dirigidas a los trabajadores, anunció un plan que, palabras más palabras menos, se compone de dos partes: la primera, “apretarse el cinturón” para ahorrarse $30.000 millones al mes y hacer rentable a ETB a la vuelta de unos pocos meses. Una contradicción palmaria: de un lado, la latosa insistencia en que el paciente está a punto de morir y, de otro, que milagrosamente podría recuperarse de hoy para mañana. Una de dos, o no está tan grave, o, si lo está, la recuperación tiene que ser paulatina y concienzuda hasta alcanzar la cabal mejoría. Por supuesto, un mal diagnóstico no puede salvar al enfermo, que es lo que sucede si se “descubre” que el daño radica en los costos laborales y se aplica, como brebaje mágico, botar a los trabajadores, de los que hace menos de dos meses se decía que eran el gran activo de la compañía, como en efecto lo son. 

La segunda parte del plan expuesto por el nuevo presidente consiste en transformar ETB de empresa de telecomunicaciones en una de tecnología digital, con todo y sus siglas en inglés. Y, a partir de allí, volverse expertos en áreas como computación en la nube, gobierno digital, ciberseguridad, tecnologías de la educación y la salud, etc., hasta convertirse en el operador más eficiente de América Latina. Semejante transformación, hablando en serio, no estaría a la vuelta de la esquina, o, más coloquialmente, no es como soplar y hacer botellas. Pero si ese es el real propósito, y a la gente hay que creerle, esto requeriría aplicar de verdad lo planteado por el presidente en la entrevista de comienzos de año: ayudar al personal a transformarse, a evolucionar y, por ende, hacer un esfuerzo enorme de capacitación, entre otras materias, en esas nuevas tecnologías y en inteligencia artificial. Sin embargo, lo que anuncia el presidente es que eso tiene que hacerse sin apoyo de ETB, por autogestión, por esfuerzo individual, sin un plan claramente concebido, con metas, con disposiciones precisas sobre quiénes adquirirán qué capacidades acordes con los nuevos desarrollos propuestos. Pero en cambio de hacer eso lo que se impone es el afán de prescindir masivamente de la fuerza laboral actual, lo cual hace pensar que lo que se busca es la segunda opción: la privatización total o parcial de la infraestructura. 

En este comunicado no vamos a discutir la viabilidad de las transformaciones propuestas por el presidente de la compañía, ni las bases económicas y tecnológicas que aduce para sustentarlas. Por lo pronto, nos restringimos a decir que la implantación de estos cambios en las empresas de telecomunicaciones se han basado en el planteamiento de que las grandes inversiones en infraestructura (fibra óptica, 5G, cables submarinos, etc.) o sea los medios que proporcionan la conectividad ya no producen ganancias suficientes, mientras que quienes “monetizan” son las plataformas que generan tráfico sobre esa infraestructura (Netflix, Google, Amazon, WhatsApp, etc). El propio presidente, en la entrevista citada de El Tiempo, señaló que “el marco regulatorio está totalmente torcido en contra de los operadores de telecomunicaciones”, ya que quienes se lucran de esa infraestructura “no les pagan nada a los operadores por el tráfico y gasto de las redes”. Este despropósito se debe, entre otras razones, a las orientaciones que han impuesto los magnates de las nuevas tecnologías —y que los gobiernos han aceptado dócilmente— como, por ejemplo, la llamada neutralidad de la red que les permite usarla gratis así el tráfico de sus aplicaciones ocupe el 70 % o más de ella. Al final, con la asfixia de los operadores de telecomunicaciones los monopolios tecnológicos se alzan con el santo y la limosna porque terminan tomándose a precios irrisorios las redes que costó fortunas construir. No obstante, también hay ejemplos en el mundo de empresas de telecomunicaciones que han sobrevivido manteniendo su infraestructura y con base en ella lanzándose a la innovación tecnológica, que es el camino por el que debe optar ETB, y que parecía ser por el que se inclinaba la recién instalada administración apoyándose en dos fortalezas: su gente y su infraestructura, camino que apoyaríamos entusiastas. Este es un debate que se está dando en el mundo entero. Los operadores de telecomunicaciones europeos, por ejemplo, están presionando a la Unión Europea para que los grandes generadores de tráfico paguen por el uso de la red. A estas peleas deberíamos sumarnos como empresa y como país en lugar de la solución fácil de los despidos y la privatización.

Para finalizar, debemos referirnos a que los sindicatos fuimos llamados por la nueva Administración a colaborar en la transformación de la empresa y a ayudar a identificar las “venas rotas”. Y nuestra respuesta fue positiva. Reiteramos lo que hemos demostrado hasta la saciedad: que lo que sobra en ETB no son trabajadores de calle, ni de la fuerza comercial, ni de profesionales de diversas áreas, ni instaladores-reparadores, o técnicos, sino una frondosa burocracia de Vicepresidencias y Gerencias redundantes, y líderes y súperlíderes, de jefes y jefecitos, pues la innovación a la que se dedicaron sucesivas administraciones consistió en volver a ETB caja menor para el pago de compromisos politiqueros mediante sinecuras.

Volvimos a advertir que otra fuente de derroche multimillonario está en la subcontratación o tercerización que no solo saquea inmensos recursos, sino que es la causa determinante de la insatisfacción de los clientes, por la elemental razón de que la perpetuación de las fallas y el deterioro del servicio determinan la ampliación y prolongación de los contratos; desde luego, hasta que dejen de existir por sustracción de materia, por la pérdida de los clientes. Si el presidente Molano de verdad quiere que la empresa satisfaga las necesidades e intereses de los clientes, debe acabar el cáncer de la subcontratación, no con los trabajadores de la planta de ETB. Esta política nefasta de tercerizar para reducir los supuestos altos costos laborales, ha terminado por causarle el más grande daño a la empresa y ha creado una vasta nómina paralela mal remunerada —buena parte de la cual debería ser acogida por la empresa por las importantes funciones que cumplen y porque la conocen y valoran—, que no se contabiliza dentro de esos costos, mientras se enriquece una minoría de contratistas favoritos y favorecidos. Es un secreto a voces que parte de esa burocracia que ha copado ETB se lucra de esa situación. Por ejemplo, la administración del señor Blanco no presentó a ETB a la licitación de la red 5G, pero fue celoso de mantener y acrecer toda esta clase de despilfarros.

Lo mismo sucede con los famosos contratos de asesorías que duplican el trabajo que pueden desarrollar diversas áreas de la empresa, con la diferencia que los asesores hacen jugosos contratos cuyas cifras son inversamente proporcionales a sus pírricos resultados, mientras a los trabajadores directos se les sobrecarga de labores o no se les dota de los elementos mínimos para el trabajo. 

Es claro, entonces, que en ETB no sobra personal trabajador para emprender cualquier proceso de transformación, lo que está de más es la burocracia, los asesores y los contratistas.

Ante este panorama los sindicatos no tenemos otra salida que la de unirnos férreamente en defensa de los derechos de los trabajadores y de la supervivencia de ETB. En ese sentido se debe comprender que las empresas no se sacian de exigirles a los trabajadores que entreguen sus derechos individuales y colectivos, conseguidos con lucha y sacrificio. Por cada concesión que se les haga querrán una más. Sería inadmisible aceptar cualquier nuevo chantaje que conduzca a deteriorar aún más la convención con la ilusa pretensión de apaciguar la arremetida.

Dada la gravedad de lo que está sucediendo, proponemos que se cree un comité intersindical compuesto por Sintrateléfonos, Atelca y Asprotic, que se encargue de orientar unificadamente la lucha para derrotar la ofensiva, levantando un programa que contenga, al menos, los siguientes puntos:

  1. Exigir el cese inmediato de los despidos, el reintegro inmediato de quienes fueron botados, y que la administración no promueva planes de retiro.
  2. Exigir un plan de capacitación, a cargo de la empresa, que prepare a los trabajadores directos en las tecnologías clave para las nuevas plataformas y  servicios que empezaría a ofrecer ETB. Crear, con este propósito, una alianza estratégica con la Universidad Distrital.
  3. Oponerse a la privatización total o parcial de la empresa, a las llamadas alianzas estratégicas que enmascaran la feria de los activos, o a cualquier negocio que incluya la entrega o el uso ventajista por los “aliados” o los propios competidores de la infraestructura estratégica de ETB.
  4. Rechazar todo nuevo intento de menoscabo de la convención colectiva.
  5. Que se erradique la inoficiosa burocracia de los altos cargos creada en los últimos años; y se promueva para los puestos de administración y dirección, que sean indispensables, a compañeros internos que tienen el conocimiento, la experiencia y el compromiso para ejercer esas posiciones.
  6. Que se elimine la tercerización, primera causante del deterioro del servicio y la insatisfacción de los clientes tanto corporativos como de los hogares. Dentro de la masa de trabajadores subcontratados hay muchos que conocen la empresa y realizan labores esenciales, los cuales deben ser incorporados a ETB con todas las garantías. 
  7. Que se mantengan congeladas las deudas con el Distrito Capital. 
  8. Que los gobiernos nacional y distrital conjuntamente establezcan una política de darle prioridad a ETB en la contratación de servicios, no solo de conectividad sino de los que esta desarrolle de tecnología de transmisión de contenido y otros nuevos negocios.

En consecuencia, debemos acordar un plan detallado de lucha con acciones unificadas de agitación y propaganda. Hojas volantes dirigidas a los trabajadores y a la ciudadanía, carteles, pasacalles, mítines, movilizaciones, conferencias, foros y seminarios explicativos de la importancia estratégica de ETB en las telecomunicaciones y las nuevas tecnologías y de la necesidad de conservarla como patrimonio público de los bogotanos y de los colombianos en general. Programar reuniones, como lo propuso Sintrateléfonos, con las organizaciones del movimiento social y sindical, con personalidades de la vida económica, social y política que sean sensibles a la defensa de los bienes públicos. No dejemos un solo esfuerzo sin hacer, dediquemos a ello todos los recursos humanos y materiales de nuestras organizaciones.  

La unidad que proponemos debe basarse en la más amplia democracia y en la búsqueda sincera de consensos para enfrentar esta decisiva batalla por la preservación de ETB y los derechos conquistados por los trabajadores y sus organizaciones sindicales. No seamos ni indiferentes ni inferiores ante las exigencias de esta crisis, la más importante que hemos enfrentado en toda nuestra historia.

JUNTA DIRECTIVA ASPROTIC

Martha Ludivia Ruiz Trujillo

Presidenta

John Harvey Rubio Montaña

Secretario general

Bogotá, 5 de marzo de 2025

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Comentarios

Hay 1 comentario para este artículo
  1. Stella contreras 9 marzo, 2025 7:39 pm

    Es muy grave que los gerentes politiqueros de turno lleguen a menoscavar el patrimonio de los colombianos como es ETB, daremos la lucha por la defensa hasta donde sea necesario.

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