Traición consumada en ETB

En ETB , una minoría de sindicalistas sumisos aprobó usurparles los derechos de la convención a los futuros trabajadores

En la mañana del 12 de diciembre, en las instalaciones centrales de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá, ETB, se consumó una de las felonías más grandes contra los derechos de los trabajadores de las que se tenga memoria en el movimiento sindical colombiano.

En una bochornosa ceremonia presidida, de parte de la empresa, por el alcalde, Carlos Fernando Galán, un miembro de la junta directiva y los presidentes entrante y saliente, quienes no disimulaban su euforia, y, del lado de Sintrateléfonos, por un grupo de integrantes de la junta directiva, que reían al unísono con sus jefes, se suscribió la infamia de abolir para los trabajadores que ingresen de ahora en adelante a la ETB los derechos claves consignados en los capítulos III y IV sobre salarios y prestaciones sociales de la recopilación de la convención de 1994, que fueron el fruto de décadas de lucha y sacrificio, desde 1939, de millares y millares de trabajadores y cientos de directivos y activistas consecuentes. Así, la empresa impuso el contrapliego con el que respondió al pliego de peticiones presentado en diciembre de 2023.

En consecuencia, a la nueva fuerza laboral, que reemplazará a quienes se pensionarán masivamente o se irán en planes de retiro voluntario en los próximos años, se le conculcarán los derechos que se enumeran a continuación; pero pueden ser más, pues el texto definitivo del acuerdo hasta ahora solo lo conocen quienes lo firmaron.

  1. La contratación ya no se hará a término indefinido, sino a término fijo a un año.
  2. Por lo anterior, en los casos de despido sin justa causa no se aplicará la tabla de indemnización convencional, que es incluso superior a la que establecía la Ley 50 de 1990.
  3. No ingresarán a la llamada curva salarial unificada, profesional o técnica. Quienes sean contratados como operarios de base, técnicos o profesionales no gozarán de un salario especial de enganche ni de las remuneraciones fijadas en la curva, compuesta por cargos y niveles de acuerdo con unos parámetros establecidos. Se les someterá a salarios irrisorios como los que prevalecen para los miles de subcontratados por la propia ETB y las multinacionales de las TIC asentadas en el país. Expresamente se consigna que ETB determinará los tiempos y modos de contratación y los cargos de los nuevos trabajadores.
  4. Ya no tendrán los subsidios de alimentación y transporte convencional que hacen parte del salario.
  5. Se les negará el servicio médico especial convencional a los beneficiarios de los nuevos enganchados.
  6. Se les conculcan los quinquenios, que hoy se tasan, desde el primero, en varios salarios mensuales, y que aumentan progresivamente, y, además, constituyen factor prestacional.
  7. Se les reducen sustancialmente las primas de junio y navidad y se les elimina también como factor prestacional.
  8. La prima extralegal de vacaciones hoy equivalente a 46 días de salario se reduce casi a la mitad y también se le suprime el factor prestacional.
  9. En el colmo del cinismo, ETB se compromete a obligar a los esclavos modernos que ahora tendrá en la nómina a contribuirle al sindicato, por la gracia de haberlos desplumado.

Este despojo lo facilitó la colusión — que lleva varios años— entre algunos dirigentes sindicales y la alta burocracia de la empresa. Por ello, la mayoría de la junta directiva sindical, a pesar de que tuvo conocimiento de la denuncia patronal, desde el 13 de diciembre de 2023, nunca se lo informó a los afiliados; siempre se negó a llamar contrapliego al contrapliego y de manera sibilina se refería a este como «contrapropuesta», vocablos que definen cuestiones muy distintas en el argot sindical.

El primero se refiere a la nefasta política empresarial consignada en el Código del Trabajo de solicitar que se deroguen los derechos adquiridos en convenciones anteriores, pretensión que se radica previamente ante el Ministerio. Mientras que el segundo, simplemente alude a las ofertas empresariales frente a las solicitudes concretas presentadas en el nuevo pliego, lo cual encaja en la dinámica normal de una negociación.

Decididos a aceptar las intenciones de la administración, los sindicalistas acomodados no rechazaron su propósito de arrasar las conquistas laborales. Aún más, ocultaron o negaron la existencia del contrapliego; no convocaron ni a un plantón, ni siquiera repartieron un volante. No instaron a los afiliados a defender los derechos en riesgo, no los aprestaron para la batalla, los desarmaron ideológicamente. Y, agazapados, esperaron el momento de lograr su cometido.

Al final, juntos, administración y sindicato, decidieron que el momento ideal para el asalto sería la época decembrina. Desataron una campaña de rumores sobre que el aumento salarial de 2024 y otras cuantas cosas se perderían en el Tribunal de Arbitramento — Tribunal por el que las bases optaron en una asamblea, antes que aceptar el contrapliego—. Además, los sindicalistas «propositivos» se dedicaron a macartizar a quienes denunciábamos su táctica conciliadora, acusándonos de ser los responsables de la falta de soluciones y exculpando a la cúpula empresarial y a la Administración Distrital.

Entonces, convocaron una asamblea para el martes 10 de diciembre, en la que negaron hasta las más mínimas garantías democráticas. En ella, el presidente del sindicato se abanderó de la propuesta de la empresa, la cual fue proyectada y leída a la carrera sin entregarles copia a los asambleístas. No permitieron debatir, ni siquiera hacer preguntas. Con trampas y matoneo a los opositores, configuraron el quórum y montaron una espuria aprobación de la apostasía.

Por el contrario, durante meses muchos pregonamos una táctica, de unidad y lucha. Les propusimos a todas las fuerzas exigir al unísono el reinicio de la negociación, con unas aspiraciones modestas, como el incremento salarial retroactivo a enero de 2024 y unos puntos mínimos adicionales. Pero bajo el prerrequisito irrenunciable de que la empresa retirara el contrapliego. Una negociación defensiva, pero en medio de una permanente movilización. Si bien así no se lograrían nuevos derechos, tampoco se perdería ni una coma de los existentes. Había condiciones para que una lucha unitaria derrotara la intransigencia patronal, todo indicaba que los trabajadores respaldarían esta táctica.

Pero los concertadores se dedicaron a sabotearla, incluso estimulando en algunos no los sentimientos altruistas que caracterizan a las clases laboriosas sino las mezquindades y la mentalidad individualista, para de esa forma abrirle paso al trueque sucio de «mantener» la convención para los antiguos, pero usurpársela a los futuros empleados.

Con todo, la fiera no se saciará. Ahora querrá nuevas presas, como la privatización, inherente a la privación de los derechos laborales. Los defraudadores del patrimonio público no solo van tras el dominio del espectro, el control del enorme mercado de las TIC en la capital, los valiosos activos de ETB, incluida su potente red de fibra óptica, sino de la mano de obra barata, lo más barata posible, el arma secreta con la que compiten entre capitalistas.

Cuando de aquí a unos años los asalariados sometidos al expolio mediante este funesto pacto, se decidan a combatir la opresión, y para guiarse evalúen las experiencias del pasado, reservarán por siempre un lugar en sus mentes y en sus corazones para quienes conquistaron. los derechos vigentes hasta diciembre de 2024. Los que ayudaron a despojarlos no les inspirarán más que vergüenza y desprecio y los relegarán al olvido eterno.

Martha Ludivia Ruiz Trujillo

Integrante de la comisión negociadora 2024

Presidenta de la Asociación Sindical de Profesionales de las TIC, Asprotic

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Comentarios

Hay 1 comentario para este artículo
  1. Juan Gabriel Salguero ex miembro de la comisión de reclamos 18 diciembre, 2024 10:59 am

    Condena y señalamiento a estos traidores que entregaron a los trabajadores. Repudio total a estos traidores que nos vendieron. Que sientan el rechazo y la condena por esta entrega

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