El pasado lunes 26 de septiembre se firmó en Cartagena el acuerdo de paz entre el gobierno nacional y las FARC, y el próximo domingo dos de octubre los colombianos están convocados a votar si aprueban o no lo pactado.
Así ha pasado su vida Martínez Neira: haciendo amigos y socios, tejiendo una tupida red de tráfico de intereses en las distintas ramas del poder público, con los plutócratas y con los personajes políticos de todos los tintes; cambiando de casaca o vistiendo varias a la vez, según acomode a sus apetitos; mezclando y confundiendo lo público con lo privado, siempre en desmedro de lo primero y en beneficio de lo segundo.
Notas Obreras, no sobra insistir, celebra que se llegue a los acuerdos de paz y que se desmovilicen las fuerzas guerrilleras, que a sus miembros se les respete la vida y se les garanticen los derechos. A la vez, llama a enfrentar con decisión la acometida ideológica con la que los esclavistas y sus marionetas han recubierto el proceso de paz y que reforzarán en el postacuerdo.
La orientación que se requiere en el país no consiste en buscar “puntos de encuentro”, “puntos en los que podamos trabajar juntos” con quienes saquean a la nación y oprimen al pueblo. La que urge es una política antagónica a esos depredadores. Por ella abogamos en estas páginas.
Los amores de Clara López por el régimen vienen de tiempo atrás. El cuatro de junio de 2014 le expresó su apoyo a Santos para la segunda vuelta presidencial, y el Polo fue decisivo para que Juanma pudiera continuar en el poder. En esa campaña el senador Robledo le dio el visto bueno a la claudicación del partido “opositor” aprobando la fórmula de dejar en libertad a los militantes para votar en la segunda vuelta por el candidato de sus preferencias o en blanco. Fue, en realidad, el aval a la vieja añagaza de los oportunistas de encontrar a toda costa y apoyar a la izquierda de la derecha.
Si se quiere enderezar el rumbo de la nación es imperioso avivar la llama de la rebeldía, aumentar su presión, concentrar los vapores que propulsan la máquina del descontento, evitar que se escapen y se enfríen. En estas páginas somos partidarios de que estalle la indocilidad contra la injusticia, de que no se congele el espíritu de lucha.
Repugna el espectáculo de la reyerta entre estos personajes de la picaresca política local, ambos tan ajenos a las angustias de los colombianos. Pero en la virulencia de su trifulca revelan verdades que nunca debemos olvidar acerca de la naturaleza de nuestras instituciones. Además, si la gresca sirviera para que se juzgue a otros cuantos delitos de los mandamases o se inhabilite a algunos de los ministros de Santos responsables del desfalco de Reficar o de la hambruna de los niños en la Guajira, bienvenida sea.
Los aguaceros causados por el enfriamiento del Océano Pacífico Tropical continúan azotando de manera inclemente la geografía del país; y la furia de las aguas ha originando inundaciones en los barrios, campos de labranza y de ganados; bloqueos de las vías principales y secundarias; destrucción de tuberías de acueductos y gasoductos, y los aludes han sepultado a numerosas personas.
Por considerarlo un tema del mayor interés, Notas Obreras reproduce el presente documento que resume la posición defendida por Asonal Judicial frente al proyecto de ley de reforma a la Administración de Justicia que el gobierno nacional tramita ante el Congreso de la República. Como se explica en su introducción, el sindicato fue convocado a […]
El país ve con asombro cómo la peor ratería y criminalidad ha invadido a las capas dominantes, que medran orondas en la más absoluta impunidad, regla que excepcionalmente se rompe en medio de las batallas políticas por el control del aparato estatal o cuando estallan los conflictos por el reparto del botín.